Las 5 Solas de la Reforma
LAS 5 SOLAS DE LA REFORMA
INTRODUCCIÓN    
La palabra latina “sola” significa en español “solo” o “solamente”, y en el marco de la reforma protestante involucraba y expresaba cinco creencias fundamentales. Podríamos decir, fueron 5 banderas o estandartes doctrinales que se levantaron durante este período complejo desde el punto de vista religioso. Los reformadores las entendieron como pilares esenciales para la vida y práctica cristianas. Todas y cada una de las solas rechazaban o se oponían explícitamente a prácticas y doctrinas extendidas a comienzos del siglo XVI en el contexto y en contraposición con la doctrina católica.
El evento histórico que marcó el punto de partida para esta reforma fue el 31 de octubre de 1517 cuando un monje alemán llamado Martín Lutero clavó un documento en la puerta de la iglesia del castillo en Wittenberg, Alemania. Este escrito en latín contenía las 95 tesis que apuntaban básicamente a la venta de indulgencias que dentro de este marco histórico era muy recurrente.
Estas verdades son tan relevantes para nosotros en el día de hoy como lo fueron para ellos en el ayer, por tanto, es menester de la iglesia cristiana en el siglo que estamos viviendo interiorizarse y conocer con mayor profundidad acerca de este lema de 5 verdades, las 5 solas, como fueron resumidas más adelante en el tiempo de Lutero y que a continuación vamos a explicar de manera concisa para mejor comprensión del pueblo de Dios en el tiempo presente.
SOLO ESCRITURA
/ SOLA SCRIPTURA
La Escritura siendo inspirada por Dios (2° Timoteo 3:16-17) en su plenitud por Dios mismo, se constituye como la perfecta voluntad de Dios revelada al hombre. Sólo la Escritura dictamina y determina al hombre lo que debe creer (Fe) y cómo el hombre debe vivir (Conducta). Sobre la base de esta afirmación categórica y en virtud de que no hay mayor autoridad que la Palabra de Dios, nada puede regular la vida del creyente (individual) ni de manera corporativa (eclesiástica) sino solo la Escritura.
Así como la exposición de las 95 tesis en la puerta de la iglesia en Wittenberg fue crucial, de la misma manera la convocatoria e interrogatorio de la Dieta de Worms 4 años más tarde, en el 1521, fue también relevante, ya que en esta instancia Martín Lutero declaró abiertamente y sin ambigüedades lo siguiente:
“Al menos que se me convenza mediante testimonios de la Escritura, y claros argumentos de la razón, — porque no le creo ni al Papa, ni a los concilios, ya que está demostrado que a menudo han errado y se contradicen entre ellos —, estoy vencido por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, y mi conciencia está ligada a la Palabra de Dios. " Fin de la cita.
La doctrina de que la Biblia es por sí sola la autoridad suprema, fue el Principio Formal de la Reforma Protestante, y, en consecuencia, debe ser la misma posición y creencia de la iglesia de hoy. Este lema define la función de las Escrituras como única autoridad sobre la iglesia. Así como los Reformadores del siglo dieciséis y diecisiete rechazaron la autoridad del papado y la iglesia Romana, los protestantes contemporáneos deben hoy rechazar toda autoridad extra-escritural sobre la iglesia. Cualquier autoridad, organización, experiencia, liderazgo, motivo o práctica dentro de la iglesia debía estar sujeta al lema de Solo la Escritura. El predicar fielmente y el escuchar atentamente la Palabra de Dios tiene que volver a ser un acto central en la adoración Cristiana. La aplicación de las enseñanzas Bíblicas a la vida practica y cotidiana de los cristianos y de la iglesia es nuestra tarea continúa. El entendimiento y la aplicación práctica de las verdades bíblicas son indispensables para la santidad, piedad, salud, el cuidado y la disciplina de la iglesia. Esta es la única manera en que nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en medio de su pueblo, ya que es la misma Escritura la que determina cómo Él debe ser glorificado.
El salmista escribió estas palabras en el Salmo 138:2b
“Porque has engrandecido tu nombre y tu palabra sobre todas las cosas””
"La iglesia estará verdaderamente sometida a Dios sólo en la medida que se someta plenamente a la Escritura."
SOLO FE
/ SOLA FIDE
El único medio eficaz que Dios ha determinado en su Palabra para la salvación del ser humano pecador es a través de la fe. Esta fe no es generada en el hombre, no es inventada por el hombre, no tiene como fuente el intelecto del hombre, no es inherente al hombre. Esta fe viene del cielo como regalo de Dios, y es el hombre quién la recibe y al mismo tiempo se apropia de ella, la ejerce personal y responsablemente delante de Dios.
La Escritura dice:
“Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá…”
Dios no salva a alguien automáticamente si no cree. Nadie nace salvo, nadie hereda la salvación, ni nadie puede salvarse a sí mismo o salvar a otros. Solo la fe salva. Y esa fe es en Cristo. El Objeto de la Fe es Cristo. Y esa fe nos es dada por gracia. Este fue el aspecto crucial de la Reforma Protestante. Martín Lutero fue liberado de sus tormentos de conciencia en el convento donde se auto-laceraba buscando justificación cuando leyó: El Justo por la Fe vivirá (Romanos. 1:17)
Desgraciadamente, hoy en día esta verdad de la justificación únicamente por la fe es ignorada, distorsionada o a veces aún negado por líderes, profesores teológicos, académicos y pastores. Es menester de la iglesia, como columna y baluarte de la verdad, reafirmar que la justificación es por gracia “mediante la fe”, solamente por medio de la fe en Cristo y su obra sustitutiva y redentora. En la justificación la justicia de Cristo es imputada a nosotros como la única posible satisfacción a la justicia perfecta de Dios. Negamos que la Fe salvadora emerge del corazón del hombre pecador, la Fe salvadora es un don de Dios, y como tal, es solo Dios quien lo da libremente a quien Él quiere. El hombre muerto en sus pecados no puede generar tal Fe para creer en y creerle a Dios; esto es un regalo de la libre voluntad de Dios, y la base de la Fe es el Testimonio de Dios, el cual esta revelado en las Sagradas Escrituras, afirmamos que el objeto de la Fe es Cristo, y su obra redentora en la cruz, así y solo así es que solamente por medio de la fe somos salvos.
SOLO GRACIA
/ SOLA GRATIA
El distintivo más significativo del cristianismo verdadero es que la salvación no descansa sobre la base del mérito personal, o las obras de esfuerzo para alcanzar el cielo. La Biblia enseña que la salvación es un regalo de Dios, tanto en su causa (Gracia) como en su instrumento (Fe).
La Biblia afirma de manera muy clara que la salvación es de Jehová (Salmos 3:8, Jonás 2:9, Apocalipsis 7:10). Prácticamente todas las religiones alrededor del mundo enseñan o proponen una salvación por obras meritorias del pecador. Es indiscutible que el pecador tenga obras, y cada día trabaja en ellas, pero la Biblia dice que estas obras de justicia son como trapos de inmundicia delante de los ojos de Dios (Isaías 64:6) El ser humano no puede ser salvo fuera de la gracia y de la fe que sólo tienen su fuente en el Dios verdadero, Padre de Jesucristo, y el Espíritu Santo.
La Escritura dice:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,..”
“Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano parta que anduviésemos en ellas.”
Por la exaltación de esa gracia, que es lo único que ha movido a Dios a salvar a los pecadores, los protestantes abandonaron la confianza en sí mismos y en las promesas de la doctrina Romana. No hay obra humana que pueda ser base de salvación. No hay método, técnica o estrategia que pueda transformar al hombre. La fe que salva no puede ser producida en el corazón humano. Dios la da solo por gracia.
La única manera en que Dios sea realmente glorificado es que la salvación sea por gracia mediante la fe, y a esto lo que enseñan las sagradas Escrituras.
SOLO CRISTO
/ SOLUS CHRISTUS
Las sagradas Escrituras enseñan que hay una sola persona y obra suficiente para la salvación del ser humano. Si esta salvación es solo por gracia mediante la fe solamente, sólo Dios en la carne, Jesucristo el Señor puede ser esa persona como centro activo de esa salvación. En consecuencia, solamente por medio de la obra de Cristo hay salvación. Este lema define el origen y el objeto central de la fe Cristiana. Los reformadores se opusieron a exaltar cualquier cosa que no fuera la suficiencia de Cristo. Ningún ritual, institución o individuo puede ni debe ser motivo de confianza sino Cristo. Ningún proyecto, visión o necesidad debe competir por el lugar primario de Cristo en la iglesia. Ninguna filosofía, ideal o argumento debe ser predicado en la iglesia que no exalte a Cristo y su muerte en la cruz por el pecado de los hombres. Tenemos fe en Cristo, no fe en la fe, o en las oraciones, o en la iglesia. Solo Cristo es digno de confianza pues él es el único salvador.
Reafirmamos que nuestra salvación es obtenida por la pura Gracia de Dios mostrada en la obra Redentora y Mediadora de Cristo. Su vida sin pecado y su pago sustitutivo por los pecadores solamente son suficientes para nuestra justificación y reconciliación con el Padre.
La Escritura dice:
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.”
“el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
Si Cristo únicamente no es el salvador, entonces no hay salvación.
SOLO A DIOS LA GLORIA
/ SOLI DEO GLORIA
Como señalamos anteriormente, si la salvación es por obra de gracia únicamente, mediante la fe solamente, a través de Cristo exclusivamente, entonces la gloria, exaltación, adoración sólo debe ser reconocida para él en todo momento desde el inicio de la salvación hasta el fin de ella.
El fin del hombre es glorificar a Dios, y este lema define la esencia de la adoración a Dios.
La Escritura dice:
“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios."
“Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén."
“y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén."
“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén."
"diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén."
"Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén."
Dios no existe para satisfacer ambiciones humanas, deseos y apetitos de consumidores o nuestros intereses espirituales privados. Debemos enfocarnos en Dios en nuestra adoración, en lugar de buscar en la adoración la satisfacción de nuestras necesidades personales. Dios es soberano en adoración; nosotros no lo somos. Nuestra preocupación absoluta debe ser por el reino y la gloria de Dios, no por nuestros imperios, popularidad o éxito.
Mientras más conscientes estemos de esta verdad de la gloria de Dios, menos méritos personales aflorarán sobre la superficie de nuestra humanidad. El centro no es el hombre, el centro y la preeminencia en todo lo tiene él, por tanto, a él sea la gloria por los siglos de los siglos, Amén.